Se mete en la final, donde se medirá a Ruud

Alcaraz destrona a Hurkacz y luchará por el título en Miami

Carlos Alcaraz llega a la final del Masters 1000 de Miami después de vencer al vigente campeón del torneo, Hubert Hurkacz, en semis

Lección de valores de Alcaraz: mandó repetir un punto que había ganado por error del árbitro

Carlos Alcaraz
Carlos Alcaraz celebra un triunfo en Miami. (Getty)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Carlos Alcaraz quiere hacer historia en Miami y está a un paso de conseguirlo. El jovencísimo tenista murciano sigue desafiando a la lógica y ya está en la final del segundo Masters 1000 de la temporada, después de derrotar (7-6, 7-6) al campeón de 2021, el bombardero polaco Hubert Hurkacz, en un encuentro atrancado, en el que ninguno de los dos mostró su mejor cara pero en el que Carlos, de 18 años, actuó como un veterano para dar rienda suelta a su determinación en el momento clave de cada set.

Después de superar a un Top-5 como Tsitsipas y levantar el partido ante la –otra– gran sorpresa del torneo, Kecmanovic, Alcaraz arribaba en sus segundas semifinales consecutivas de Masters 1000. En ellas no esperaba, como en Indian Wells, todo un Rafael Nadal, pero a cambio, el tenista de El Palmar vislumbraba un duelo con el vigente campeón en Miami, el polaco Hurkacz, de aspecto desganado pese a sus 196 centímetros de altura, pero con calidad y, sobre todo, potencia, como para optar a revalidar el título en uno de los mejores torneos del planeta.

El duelo ante Kecmanovic y sus facturas, tanto físicas como mentales, iban a ser claves a la hora de medir las opciones de Alcaraz, en las apuestas ya favorito número uno al torneo. Todo en Miami estaba visto para la sentencia de la final, incluido el primer contendiente, el noruego Casper Ruud. Quedaba por conocer si Hurkacz repetía final o si era Carlos el que, con 18 años, se colaba en su primer encuentro por el título de la categoría.

Hablábamos del duelo del día anterior y Carlos, conocedor de lo vivido, comenzó de forma más tibia, dejándose llevar por el escaso ritmo de partido propuesto por Hurkacz, pero controlando la situación. El polaco entró sacando a las mil maravillas pero haciendo más bien regular el resto de cosas, y ello derivó, junto a una versión bastante normal de Alcaraz, en que cada uno fuera ganando su saque durante los primeros ocho juegos, con un único lapsus en forma de bola de break para Hubert solucionado, cómo no, con una dejada winner del joven español.

Alcaraz manda sin lucirse

La alternancia continuaba en un encuentro que, pese a contados detalles, estaba lejos de ser el partidazo que promete cada choque de la nueva joya del tenis. Sin embargo, Carlos se mantenía con cabeza, agazapado, y esperando  que Hurkacz fallara más de la cuenta al servicio. No sucedió en juegos naturales, pero en el tie-break, la determinación, inusitada debido a la tempranísima edad del individuo, de Alcaraz marcó la diferencia. Fue por un mínimo, un mini-break para remontar el cedido y un segundo para decantar la balanza del set. Carlos se anotaba la muerte súbita, puño en alto, y quedaba a un solo parcial de la final.

Hurkacz parecía acusar el golpe pero el servicio, su mejor golpe, valga la redundancia, le mantenía de nuevo en el partido. Los fallos del polaco, sin embargo, continuaban siendo habituales y daban alas a un Alcaraz algo cansado después de la paliza acumulada, pero con un nivel de notable constante que le otorgaba el favoritismo también en el segundo set.

Otro tie-break y a la final

El encuentro estaba en los detalles y siempre del lado de un Alcaraz algo más fino que su rival, un tenista de los que engañan, capaz de lo mejor, como ganar Miami en 2021 o vencer a Medvedev en la ronda previa, pero también de fallar una y otra pelota ante la versión menos brillante de Carlos. Los detalles, repetimos, marcarían la sentencia y en esas Alcaraz contaba con la práctica totalidad del repertorio, pero el saque, arma de destrucción masiva en este tipo de pistas, estaba del lado de Hurkacz, quien finalizaría con 13 aces.

No hubo solución antes del desempate, el segundo del partido, pese a que Hurkacz lo rozó y Alcaraz lo abortó con una calidad, como todo en su tenis, desmesurada. Y en el tie-break, esta vez cogiendo las riendas desde el primer momento, Carlos dejaría el partido sentenciado y preparado para una nueva celebración, con dedicatoria a Ferrero, al que quiere dedicar un título que sería historia del tenis español y mundial. La nueva estrella del tenis sigue brillando más que nadie en Miami.

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